Pense que iba a ser completamente relajante porque no iba a trabajar, porque no iba a levantarme tan temprano y porque iba a comer mejor que en mi casa, porque habiamos comprado muchas chucherias y engordina. Pero el destino se carcajeó cruelmente de mí.
Todo estaba muy bien. Bajamos nuestras cosas del camión al llegar a Sierra. No nos decidiamos donde acampar (que si debajo del pinito, que junto a las rocas, que si Angel quiere ser la reina socialité del campamento y quiere estar pegado al gordo.... ). Para mi molestia, cambiamos de lugar tres veces. Y llegó una mala noticia a mis oídos:
--- ¡No encontramos la hielera!
Me uní a la busqueda intensiva de la hielera. Avistamos una hielera en el horizonte.
--- Danny, ¿es esa tu hielera?
--- Danny, ¿es esa tu hielera?
--- Creo que sí.
Nos acercamos. Esa era. Abrimos la tapa y vimos la fatídica escena.
¡La habían saqueado! iLa gente impura violó a nuestra hielera! Sólo nos dejaron queso, tortillas, una lata de sopa Campbells, servilletas, vasos, y cubiertos desechables al fondo de la hielera. Como diciendo "No se mueran de hambre".
El don de los tamales y el prefecto con micosis en las uñas nos ayudaron a buscar nuestra comida. Nada.
Más noche la reina socialité del campamento, Angel, fué a fumar motita. Fue divertido verlo reirse por nomás. Y descubrí que Josh (un tipo hiperactivo que practicamente tiene la piel color rosa) me caia mejor drogado que limpio. Y también Flor estaba drogada. Estaban viendo las estrellitas sentados en una roca. Bien bonito.
Y hubo un espectáculo de ¡Son novios y se besan! ¡ Son novias y se besan! protagonizado por gente a la que quiero mucho.
Hizó un frio del carajo durante la noche y no dormí bien. Mis piernas se congelaban. Hasta que Sara y yo decidimos juntarnos y darnos calor (sin albur, cerdos).
El lago amaneció semi congelado. Había charquitos de agua congelados y era muy divertido pisarlos, agarrar el hielo, aventarlo a lago congelado y ver como se rompian.
Despúes fuimos a una cascada. Me gustó picar al musgo con un lapíz. Regresamos caminando y Osorio y yo sacamos clachas de una laguna. Angie agarró una ranita y la aventó al mismo lago.
Y regresamos a comer veneno (Sopa Maruchan). De pura cura aventé los vegetales que hay en la sopa al fuego y ¡no se quemaban!. Luego por eso hay rumores malos de lo que la Maruchan le hace a tu estómago, cuerpo y alma.
Fuimos a valer tirados en unas rocas. Y ahí me dí cuenta de que mis guantes no estaban en mis manos congeladas.
--- ¿Y mis guantes?--- pregunté, desamparada.
Los busqué por todo el campamento y nada. Afortunadamente DobleMarciano se apiadó de mis manos congeladas y me prestó los suyos.
Nos pusimos a hacer nuestro trabajo a un lado de la fogata. Me tocó ver como el trabajo de alguién volaba y se hacía cenizas en el fuego. Por eso decidimos regresar a nuestra casita, la cual se estaba cayendo encima de nosotros y se le rompió el cierre. Nos iba a entrar todo el aire frio si no se hacia algo. Y Osorio sacrificó sus agujetas y cosió la casita con ella. ¡Awww!
Otra mala noticia. El sleeping bag de Osorio había desaparecido. Se fue a algún lugar a pasear con mis guantes. Y nadie nos dió comida, más que la niña venerea Vivi, que nos dió sandwiches venereos y alguién que nos dió dos papas.
Al final las cosas terminaron bien. Nadie se murió. Y Osorio recuperó su sleeping al regresar a Ensenada (alguién había dormido con él y apestaba a esa persona).
Y yo regresé sin un par de guantes, pero con la lata de sopa Campbells que nadie se comió, las dos papas, una canica que nadie quería, un reloj sin correa y un tupperware abandonado en nuestra casita que no era de nadie.
Esperen un momento.... al abrir mi maleta estaban mis pinches guantes... quien sabe quién los pusó ahí pero ahí estaban los putos.... O_O (músiquita de los X-Files de fondo).
AriCat
Esperen, no es todo aún. Hay fotos del viaje a Sierra del año pasado.
Las famosas piedras.
La laguna.
¡Y el micro atascado! (Ver entradas de más abajo para más detalles)
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